Tu rostro y el mío, juntos por primera vez, sentía que los años no habían sido en vano; sino que alimentaron nuestro amor...
Recuerdo nuestros labios, a punto de confundirse en ese beso que lo cambiaría todo...
Solo un hilo de aire nos separaba de ese instante inolvidable...
La pasión y la duda carcomían mi interior, sabía que no debía hacerlo...
Sabía que tus labios estaban marcados por lo fugaz del amor...
Hoy me dolés, porque todavía se revuelve en un eco ensordecedor aquel ADIÒS...