En el silencio infinito del espacio, cerré mis ojos...
Le grité a mi alma cuánto te amaba...
Le grité a mi alma cuánto te amaba...
Al abrir los ojos, me tenías en el puente de tus brazos, transfiriéndonos el calor de nuestros torsos desnudos...
En el éxtasis, me empapé de tu estruendoso TE AMO,
para luego perderse por siempre en el infinito de tu silencio...